Conmemorar el Quinto centenario de la llegada de Fr. Martín de la Coruña al “Reino de Michoacán”, de la Presencia franciscana y de “plantar el Evangelio” en el occidente de la Nueva España.
“Plantar el evangelio”
La frase es tomada de la carta que el ministro general de la época,
el P. Fr. Francisco de los Ángeles Quiñones, le entregó a Fr. Martín de Valencia y a sus compañeros, con fecha del 4 de octubre de 1523, en la que le puntualiza lo siguiente: Y así al presente no envío más de un prelado con doce compañeros, porque este fue el número que Cristo tomó en su compañía para hacer la conversión del mundo. Y S. Francisco nuestro padre hizo lo mismo para la publicación de la vida evangélica. […] pues vais á plantar el Evangelio en los corazones de aquellos infieles, mirad que vuestra vida y conversación no se aparte de él.
Infografía del logotipo
Un diseño debería distinguir el motivo del aniversario y representar a la Provincia en su festejo por los 500 años de la llegada de su fundador, creado por Fr. Luis Enrique García Hernández, secretario Provincial, lo describió así: El personaje representa a Fr. Martín de la Jesús o de las Coruña, con los pies descalzos representando su esencia de itinerante, pero también llegando al reino de Michoacán, para clavar su cayado y quedarse en esa región que le fue encomendada para “sembrar el Evangelio”, representado por el hoy llamado lago de Pátzcuaro; con su mano derecha apunta hacia el horizonte, indicando el amplio territorio que debía evangelizar. De algún modo también con la mano derecha señala hacia el número 500 que representa el motivo del aniversario, aunque también podemos abrir la panorámica de que no es un punto de llegada, sino que continúa abierto hacia el futuro, por eso, el señalamiento con su mano derecha hacia el infinito, por encima del número. Entre los ceros del número 500 aparecen dos peces haciendo alusión al producto que ofrece el lago, representado por los tres niveles de olas que hondean, pero los peces hacen más referencia al nombre de la región asignada a Fr. Martin de la Coruña para que “sembrara el Evangelio”, a Michoacán, pues significa precisamente “Lugar de pescado”.
Los peces “encontrados” uno hacia arriba y otro hacia abajo, no hacen sino solo alusión al texto de san Mateo (4, 18-20), sobre la misión encomendada por el Señor a Pedro: “Te haré pescadores de hombres”, es decir aquellos hombres de buena voluntad y de aquellos renuentes; judíos y gentiles, peninsulares, indígenas, sin embargo, todos están contenidos en la misma red y todos son destinatarios para conocer el anuncio sobre el Reino de los cielos. El logotipo no está enmarcado por algún margen o marialuisa, pensando en lo que ya hemos señalado, en no circunscribir el acontecimiento a solo una fecha, la cual, al año siguiente ya no lo será; en cambio, así queda libre y abierto el panorama para continuar con la labor que le fue encomendada a la Provincia en la figura de su fundador, eso sí, sostenido todo la representación o la empresa por la cuerda franciscana y los nudos evangélicos, haciendo referencia a los que señaló el ministro General Quiñones: mirad que vuestra vida y conversación no se aparte de [ello], es decir, siguiendo siempre el rumbo y estilo seráfico. Es un festejo y fecha que no marca una encomienda concluida sino simplemente continúa en otro proceso ahora ya de su historia centenaria; sigue la construcción y “simbra del Evangelio”. Los demás detalles: colores, caligrafía, formato, responden simplemente a lo convencional.